Thursday, January 21, 2016

Bernie Sanders en el panorama político

Por Ignacio T. Granados Herrera

En primer lugar Bernie Sanders es un populista, desde el momento en que su propuesta política se dirige mayormente a las clases populares; la cuestión sería entonces si en ese sentido es un loco o no, y a qué exactamente se referiría su locura. En ese sentido precisamente, Sanders reproduce un poco la misma tensión crítica que hay entre el populismo tradicional latino americano y el establishment; la diferencia radicaría en que no es demagógico, aunque tampoco puede decirse que el populismo latino americano sea demagógico por principio; sino que más bien la demagogia sería un carácter desarrollado poco a poco, no más los políticos enfrentan su pobre humanidad con la posibilidad de realizar sus pretensiones absurdas de heroísmo. Hay muchas otras similitudes entre la dinámica de los desarrollos políticos entre Estados Unidos y América Latina; una de ellas, probablemente la más escandalosa, sea el carácter dinástico y de patrimonio familiar que adquieren los cargos electivos. No hay que ser un genio para identificar el triunfo pasado de Cristina Kirchner con las pretensiones de Hillary Clinton, ni con la también argentina Evita; tampoco para reconocer cuántas ex primeras damas latinoamericanas no pretendieron la presidencia de sus países.

Leer post original
Sin embargo, lo que diferencia a estas dinámicas a un lado y otro del río bravo es el contexto de sus respectivas culturas políticas; que llega incluso a invertir la función de las instituciones tradicionales, con un Congreso siempre en oposición a la figura presidencial; pero donde esa figura presidencial, en Latinoamérica tiende al absolutismo oligárquico, mientras que en Estados Unidos es a la inversa, con un Congreso abiertamente comprado por las oligarquías. Es en ese sentido entonces que Bernie Sanders es un populista loco, pero por ir contra los valores establecidos en una voluntad de cambiar el sistema; que es también lo propio de la tradición presidencial latinoamericana, sólo que en sentido inverso, por el efecto de la demagogia. Lo interesante aquí es que la pretensión presidencial de Sanders se da desde su experiencia en el Congreso, que es bastante larga y singular; haciendo de su identidad socialista una marca equívoca, siendo que él viene de ambientes rurales tradicionalistas, a los que ha logrado representar por mucho tiempo, siempre con la misma agenda.

Más curioso es el hecho de su independencia ideológica, ya que Sanders sólo se alineo a los demócratas para la carrera presidencial; y aun así sigue identificándose como independiente, en un contraste que es bien visible, a pesar incluso de su historial de voto en conjunto con el partido demócrata. Esto puede verse como la misma dinámica de radicalización política, que dentro del partido demócrata da lugar a unja figura como Elizabeth Warren; una senadora a la que siempre se ve en conjunto con Sanders, por su misma calidad de llanero solitario, hasta el punto de proponerla a la vicepresidencia de Sanders. En principio incluso las preferencias eran por Warren, que ya formaba parte del partido, ante la poca popularidad de Sander por su identidad socialista; a lo que Warren respondió siempre negándose, supuesta y probablemente para defender una posición clave en un congreso oposicionista a todo liberalismo.

Leer post original
La locura de Sander en todo caso es metafórica, como su socialismo es sólo referencial y poco conectado con la tradición leninista; y esta diferencia que ni siquiera es tan sutil, es la que se ignora al momento de asustar a la gente con el fantasma del socialismo. Se olvida que hasta el fin de la guerra fría, Francia fue gobernada por la fórmula del socialismo democrático; y no sólo fue un país próspero y tradicionalmente capitalista, sino que incluso mantuvo la misma postura neo colonial de todos los países capitalistas desarrollados. También, en una paradoja no menor, la coalición que derrotó a Pinochet en Chile era mayormente socialista; llegando a la anécdota de que en algún momento la tercera posición del país estuvo en manos de un comunista, que asumió el poder durante un fin de semana en que el ejecutivo estaba de viaje. Una victoria de Sanders además sería de todo menos un esquema claro de lo que pasaría en el juego político del país; ya que Sanders no podría gobernar en solitario, con las corta pisas además de la corte suprema, abiertamente aliada al congreso, no importa si tiene a la Warren en la vice presidencia o jugando al llanero justiciero en el senado. Lo que sí significaría una victoria de Sanders de modo efectivo es un cambio de paradigma, que reponga el equilibrio perdido con el fin de la guerra fría; no por el supuesto regreso de un multa lateralismo, que ya todo el mundo sabe que la economía tiene un solo lado, y que este es el del capitalismo; sólo que el del capitalismo industrial, que es la visión que aporta el ruralismo de la práctica congresional de Sanders, y no el corporativista, de Hillary Clinton y los republicanos.

Leer post original
De ese modo, la izquierda progresista recuperaría su valor y legitimidad como referente ideológico, que es el equilibrio que se perdió con la elección del triunvirato de Thatcher-Reagan-Wojtyla; y que ya está en este camino de recuperación con el nuevo eje Francisco-Cameron-…Sanders?, en cuyo background se encuentra siempre el ejecutivo de Francia. Esto es lo único que puede contraer el desarrollo del sistema capitalista a ese estadio industrialista, en que el individuo era lo que tenía valor tanto económico como político; porque paradójicamente, el corporativismo es la corrupción que acerca al capitalismo a la ineficiencia socialista, por la degradación del mercado con el secuestro del público consumidor. Eso es lo que puede verse con el deterioro progresivo de la economía norteamericana, a medida que se adelgaza la franja de la clase media; reflejado en una burocratización cada vez mayor de toda la estructura económica, que relega al individuo a la impotencia total ante la mala calidad de los servicios y su empobrecimiento progresivo.

Libros en kindle
En concreto y resumen, las políticas de Sanders deben significar un efecto inmediato de contracción económica; pero dado mayormente por la rebeldía de un congreso cerrado por la radicalización ideológica del debate político, como última línea defensiva de la corrupción corporativista. Al mediano plazo de un segundo mandato suyo —o una postulación de Warren—, debe significar una distensión de estas contradicciones; con una recuperación bien que gradual de la clase media, no tan ostensiva como para garantizar su estabilidad, pero sí lo suficiente como para hacer el futuro posible; que sólo es posible en los lindes del capitalismo real y nunca del falso capitalismo —o capitalismo utópico— en que las corporaciones se impongan ya abiertamente como el estado real sobre el estado.

No comments:

Post a Comment