Wednesday, January 20, 2016

Sobre el mimetismo político, nota a la destrucción del proletariado

Por Ignacio T. Granados Herrera

Leer post original
Una simplificación crítica podría reducir esta falsa aristocracia a esa élite de la industria del entretenimiento, que en efecto sólo es su vitrina; y no sólo eso, sino que incluso esta élite es la reproducción contemporánea del estamento intelectual, que siempre se distinguió en su pretensión de poder. Lo paradójico es que en los inicios de su formación, este estamento especial (y como parte de sus pretensiones) trató de distinguirse y distanciarse a sí mismo del de los artistas; que como parte del de los artesanos, estaba más bien integrado por villanos y marginales, y cuya asunción por las élites intelectuales como parte de esa falsa aristocracia reflejaría la decadencia de éstas últimas. En todo caso, el mimetismo recurrente no sería un reflejo de esa decadencia, sino el elemento principal que determina la organización misma de la estructura política;  que si bien se resuelve en base a la cuota de poder efectivo, determinada a su vez por su naturaleza económica, se organiza en esta comprensión del poder; aún como realización práctica de la Potencia, que en tanto categoría metafísica es así la primera determinación formal de las cosas. Debe recordarse al respecto que el mimetismo es precisamente la reproducción artificial de los fenómenos naturales; resultando así en un fenómeno cultural, pero en lo que la cultura es ya una naturaleza, siquiera de valor tecnológico en su artificialidad.


De ahí la necesidad de relativiza la crítica sobre este fenómeno mismo del mimetismo, que no es otra cosa que la interpretación de un fenómeno natural; y que como tal ha de ser entonces meramente formal y no de la sustancia misma del fenómeno, aunque de lo que se trate sea de emular dicho fenómeno. Así, una crítica apresurada puede plantearse que esta interpretación del Poder como la Potencia de las cosas es errónea, explicando los excesos del idealismo tradicional; pero sin tener en cuenta que esta interpretación es necesaria e inevitablemente formal, y que funciona justo como abstracción del fenómeno mismo; por lo que el estructuralismo realista sólo es posible como corrección de ese idealismo anterior, que es el que permite una objetividad primera, al distanciarse del objeto real en este formalismo. El mejor ejemplo de esto sería la misma comprensión de la realidad, que se daría como del Ser sobre sí mismo pero en relación con su entorno; para lo que es imprescindible una comprensión de este entorno como distinto del ser mismo, aunque el proceso sea prácticamente inmediato; ya que al organizarse en este orden lógico es que permite el establecimiento de los parámetros formales en que puede darse la reflexión.

No comments:

Post a Comment