Tuesday, June 23, 2015

¿Es Bernie Sanders un peligro socialista?

Por Ignacio T. Granados
Una de las dificultades de la cultura política cubana contemporánea es su anclaje en el miedo, lo que es natural luego de más de medio siglo de trauma en ese sentido; y aún la misma cultura política norteamericana, que no conoce ese trauma, se ancla en ese miedo a toda forma de socialismo. Habría que entender que el socialismo es más bien el proceso por el que la sociedad evoluciona paulatinamente hacia su mayor eficiencia política; con un sistema de redistribución de bienes, que sin caer en la confiscación de la propiedad permita relaciones cada vez más justas y armónicas entre los distintos actores políticos. Ese sería el significado del senador Bernie Sanders en el contexto de la política norteamericana contemporánea;  con la salvedad de que incluso como contendiente a la presidencia del país ni siquiera cuenta con un partido propio, y ha de retar al propio liberalismo desde el Interior del partido demócrata, que es por el que se postula.

En estos momentos, Sanders quizás sea el fenómeno más interesante de todo el contexto político norteamericano; no tanto por el atractivo que pueda tener, con un programa político más lleno de ansiedades y dificultades por adelantado que propuestas concretas, pero sí por las contradicciones que pone de relieve en ese contexto suyo. En efecto, lo que Sanders ha tenido siempre en contra es su radicalismo ideológico, en una tradición que desconfía de los discursos iluminados en su pragmatismo; pero es justo que ese contexto suyo se ha deteriorado tanto que se ha contraído a las más puras contradicciones religiosas, como una pugna entre extremos radicales, que tratan de apropiarse de la función mediadora de las élites políticas; ya que estas habrían abandonado esta función estructural, poniéndose directamente al servicio de las élites económicas, que así subvierten subrepticiamente la estructura total, en una tendencia al corporativismo neofeudal.

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Como prueba, el video en que Sanders enfrenta a Allan Greenspan (Ver aquí), entonces presidente de la FEED, en pleno esplendor neoliberal; y la convicción con que Greenspan responde, pasando haciendo caso omiso de las cautelas morales que le opone el senador; para justo reconocer más adelante que estaba equivocado, pero cuando ese error ideológico arruinó a la clase media y secuestró la economía nacional, entregándola atada de pies y manos a las corporaciones. Es por eso que Sanders no es ni por mucho un peligro socialista, que tendría que enfrentar y superar al mismo liberalismo de la clase media; sino que incluso como presidente sería sólo la referencia radical necesaria para equilibrar una estructura demasiado sesgada al falso conservadurismo con que las élites económicas tienen secuestrado al país, para ponerlo al servicio de su egoísmo.

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