Sunday, July 9, 2017

Peripatos, el camino filosófico de América!


Comprar en Kindle, de Amazon
En un diálogo a tres bandas, originado en un post del maestro Martí Brenes, ha salido a relucir la pertinencia de un término como filosofía cubana; que es obviamente excesivo, como todo lo cubano y latinoamericano en general, en esa pretensión de madurez y universalidad. La cuestión no estaría en si el nivel de nuestro pensamiento es filosófico, pues obviamente puede serlo en las mismas contadas excepciones que en el resto del mundo; sino que la cuestión radica en la singularidad histórica de nuestra cultura, que alcanza su madurez en el momento en que ya han culminado las grandes sistemizaciones filosóficas. 
Al respecto, citaba el caso de Varela, que es un gran filósofo, pero en el sentido magisterial y no creativo del término; una peculiaridad que encontré en el resto de Latinoamérica, donde la necesidad de una filosofía local es más común que el realismo mágico. En ese mismo sentido entonces está el caso del Padre Errázuriz, del que se afirma que creó una filosofía latinoamericana; hecho dudoso desde apellido tan llamativo, que liego aclara que se trataba de un cura español, dado a una aplicación excelente de la Casuística; que siendo jesuita como él no sólo no era latinoamericana, sino que se limitaba a una sintetización del realismo aristotélico tomista.
Ver video en Youtube
Es decir, se trata siempre de una aplicación local de un sistema ya dado en su propia excelencia como de alcance universal; pero nada con una consistencia tan propia en su singularidad que dé pie a un nuevo perfil, ni siquiera como el fallido Neorrealismo de Jack Maritain o el falso realismo del Materialismo dizque histórico. Incluso casos de absoluta excelencia, como el de Fernando Ortiz, consiguen este alcance filosófico por esa comprensión; que les permite, con relativa originalidad, organizar las determinaciones económico-políticas de un fenómeno dado, como la cultura cubana en este caso. 
Leer artículo
No obstante, ni siquiera en ese ejemplo se llega al nivel de sistematización filosófica, aunque el valor resida en los alcances; como también en José Carlos Mariátegui, que se limita a una aplicación del determinismo marxista a la realidad peruana, sin conseguir otra cosa que un revivalismo fanático-religioso como el de Sendero Luminoso. Es decir, exaltaciones idealistas, basadas en el suprematismo moral, que es de todo menos filosófico; y no porque esta región sea demasiado basta para la filosofía, sino porque es precisamente esa bastedad la que ha de servir de base para una reconstrucción crítica del fenómeno filosófico. 
Es en ello en lo que reside el valor fundacional de trabajos como la sociología de Ortiz y la estética de Lezama Lima; que junto a despropósitos contractivos como el de Mariátegui y poéticas como la de Paz (aristotélico-platónica), sirven de base para esta construcción. Se trata entonces y en todo caso de nuestra historia como el Peripatos, que discurre en nuestras vidas como aquel por la acrópolis de Atenas; culminando en los jardines Licios, como el fin de ese periplo con el que Occidente regurgita al mundo en su valor exponencial.

No comments:

Post a Comment