Tuesday, February 16, 2016

Cartas a un joven bloguero

Por Ignacio T. Granados Herrera

Estimado Joicy, te escribo como pensador, asumiendo que eso es lo que eres, aunque no me queda muy clara tu proyección; eso es un problema sobre el que me gustaría detenerme, pues habla por sí sólo del estado de tu pensamiento. No me queda clara tu proyección,  porque está en algún punto entre el activismo político y el pensamiento; supongo que por tratarse de una experiencia que en su novedad te sobrepasa, con esa otra circunstancia tan torcida ya del descalabro del pensamiento en Cuba. Por eso puedo comprender esa ambigüedad, que revela una pensamiento aún amorfo, por más que vigoroso; tanto que no se detiene en la terrible contradicción de principio, al declararse como un anarquismo escolástico. Seamos claros, porque se trata de un anarquismo escolástico, por más que se diga capitalista; porque en realidad se trata de una escuela con una teoría —no una praxis— peculiar sobre el capitalismo; y que no se detiene ante esa contradicción flagrante de un individualismo colegiado, que es el esperpento que de eso resultaría. No me malinterpretes, partiendo de un descalabro como el del pensamiento nacional, considero muy prometedor que establezcas tus búsquedas en este sentido; más aún, que ante la vulgaridad de un maniqueísmo fácil como el de socialismo y capitalismo —sin que el socialismo sea socialista ni el capitalismo sea capitalista—, optes por un distanciamiento racional.

Pero tampoco te llames a engaño, pues el conflicto no reside en esa falsa contradicción de los intereses políticos;  sino que más sutil e insidioso, se trataría de esta decadencia inevitable de toda Modernidad en los vicios de su elitismo burocrático. En efecto, más allá incluso de ese vicio inicial de lo escolástico, puedes ver que toda discusión teórica no es sino entre élites intelectuales; que conformando una burocracia intelectual, sólo se preocupa de sus propios intereses de clase, corrompiendo la productividad de todo lo que toque, incluidos los procesos de pensamiento. ¿Acaso no fue eso lo que destruyó la eficacia del socialismo como una política de cuadros?, ¿pero no es eso mismo lo que destruye la del capitalismo con el autoritarismo del management? Pues bien, esa fatalidad es sólo el síntoma, tras el que se esconde la determinación del elitismo que todo lo corrompe; y eso porque todos somos accesibles en nuestro egocentrismo, y quien quiera pagar tiene poder de compra. Es por eso que incluso si rastreas ese Mises Institute hasta sus orígenes verás un vínculo con el capital híper corruptor de los hermanos Koch; igual que las innumerables becas otorgadas por los Rockefeller y los Rostchild, que son siempre los intereses tras los gobiernos.

De nuevo, no me malinterpretes, no hace falta una conspiración —que siempre será burda y fallida— para que los intereses se proyecten en su propio desarrollo; más que dialéctico, es el principio mismo de la mecánica, al que obedece la dialéctica, y con ella la historia. Ese es el problema, más enrevesado aún por ese falso altruismo con el que las élites intelectuales disfrazan su sed de poder; vendiendo como un humanismo sublime lo que no pasa del más puro narcisismo, enamorándose de sus supuestas inteligencias. De ahí que esta contradicción de un anarquismo escolástico sea especialmente perversa, porque será de todo menos anarquista; para ser anarquista de veras tendría que tener la lucidez de apelar al más radical individualismo ya como práctica del pensamiento mismo; como Sócrates, el sofista divino, que pudo escandalizarse del absurdo de la práctica de la que participaba, distanciándose de la misma; cuando estableció el 0 filosófico en la Mayéutica, como recurso magistral con el que reconstruir la majestad del pensamiento.

No te menciono a Sócrates por snobismo ni por vano clasicismo —que sería en definitiva otra escolástica—, sino como prueba del estado del pensamiento contemporáneo; del que el descalabro nacional es sólo una muestra local, pero que es como una condición terrible que se cierne sobre todo Occidente. Después de todo eso es apenas natural, si nuestro arquetipo es la Modernidad, que conoció su apoteosis hace dos siglos y medio; haciendo de esta decadencia la depresión lógica (mecánica) que sucede a todo pico histórico, sobre todo en su naturaleza cultural. De ahí que de lo que se trate sea del restablecimiento del 0, como una nueva epopeya socrática por la que por fin superemos los vicios introducidos casi inmediatamente; esto es, con el epigonato socrático de Platón, que inaugurando el Idealismo impone una reacción lógica  —nuevamente mecánica— en el Realismo de Aristóteles; como esa fatalidad de los falsos conflictos, que sólo conducen al vicio de la retorcedura teórica en las escuelas y sus manipulaciones sobre el poder. No es casual que cuando se recupere la escolástica como práctica convencional, sea de la mano del poder establecido; pues así como los Koch, Rostchild y Rockefeller medran en nuestras instituciones, lo que hacen es continuar la tradición.

Esa es la importancia de la historia y sus iluminaciones, que te permitiría establecer tu propia individualidad en una proyección de veras singular; como la de Sócrates, no la de las escuelas que sospechosamente no otorgan créditos propios sino estatales, revelando el verdadero vínculo del dinero que las sostiene. Te repito, estoy encantado de que tengas un pensamiento tan vigoroso como para distanciarte del maniqueísmo fatuo del Socialismo contra el Capitalismo; pero más que complacido me considero expectante, visto todo esto como el mero preludio de tu verdadero desarrollo en la más pura marginalidad. Es obvio que te daré seguimiento, pero es también poco probable que participe de algún modo más o menos activo en este proceso tuyo; no al menos mientras te mantengas en esta etapa de activismo, que te enreda entre los intereses políticos de tanta gente ajena a ti mismo. Es apenas natural que procediendo de un fenómeno como Cuba te proyectes en esa forma de activismo, pero piensa que eso es como mantenerse en el falso dualismo del socialismo contra el capitalismo; por lo que más bien te propondría la más inmoral de las posibilidades, el total descomprometimiento con tu realidad, el distanciamiento total.

De ese modo al menos te estarás distanciando no tanto de la realidad como de aquellos que median con ella y la manipulan, pudiendo establecerla como tu circunstancia y no tu determinación; y con ello serás capaz de elaborar ese pensamiento propio tuyo, no escolástico, como el nuevo 0 socrático desde el que comprender esa realidad con sus propias determinaciones. Como colofón, una propuesta para ese pensamiento supuestamente económico que no encerrado en su Pi no percibe su número Fi; y mira todos esos fenómenos que hoy se proponen como epítome del esfuerzo personal y el emprendimiento individual, desde el Facebook que nos idiotiza al Microsoft que gentrifica nuestros medios; desde la Apple de los precios obscenos y los salarios de esclavitud y el trabajo infantil en Asia al Amazon que vive depredando entre las aguas cenagosas de los pequeños negocios. ¿Dónde estarían sin los fondos gubernamentales para las startups?, ¿Con qué genio tecnológico contarían sin los sistemas de educación pública?

Sin más, sinceramente tuyo,

Fray Erasmo de la Cruz, OFMP

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