Monday, October 19, 2020

Introducción a una crítica no sistemática del Marxismo

 

Ninguna crítica extensiva y puntual del Marxismo puede ser efectiva, ya que sólo lo renueva y actualiza epistemológicamente; de hecho, fue así como se estableció el universo epistemológico del Idealismo moderno, desde las críticas tempranas al racionalismo. Tampoco es necesario, la evolución del pensamiento se da en la superación sucesiva de los diversos sistemas, según sus necesidades propias; que son las que dirigen el desarrollo en general, con el de las diversas escuelas y tendencias en que se realiza.

En ese sentido, como todo sistema, el Marxismo habría surgido de una necesidad referencial propia del Idealismo; que a su vez, habría surgido de una necesidad referencial propia del pensamiento, en la superación del Realismo. Que ambos ocurran distintamente en el Medioevo y la Modernidad no es casual, pero tampoco respondería a otra determinación que la del desarrollo mismo; que es un proceso propio de la cultura, pero independiente dentro de ella, en una relación diacrónica con los otros procesos.

El Marxismo habría sido así sólo la apoteosis del desarrollo del Idealismo, como el Tomismo lo habría sido del realismo; en ambos casos se habría tratado de sistematizaciones más o menos puntuales, a través de las cuales se desarrollaría el pensamiento occidental. Atribuir un sentido moral a ese desarrollo, es incurrir en la misma falencia que los hace insuficientes y complementarios a todos; que es la razón por la que, en definitiva, sólo se trataría de ese desarrollo continuo, misterioso en sí mismo, que lo determina todo en la historia.

De ahí que, como todo sistema de conocimiento, el Marxismo sólo crea un universo epistemológico; con el que se puede comprender la realidad en unas condiciones dadas, más allá de lo político. En este caso, la peculiaridad del Marxismo reside en su carácter doctrinal, con una equivalencia funcional cercana al cristianismo; ya que su importancia es más cultural que filosófica propiamente ducho, incluso en ese sentido de apoteosis del Idealismo.

Por eso, el Marxismo sólo responderá en su desarrollo al mismo proceso de entropía que todo otro sistema; cuando una vez sobrepasado su punto de máxima eficiencia, sus categorías se hagan paulatinamente obsoletas. Eso es lo que ocurrirá con el descubrimiento de sus falencias políticas, como la falsa tensión entre socialismo y capitalismo; que hasta como principio no serían más que estados distintos del mismo proceso, no contrastables entre sí, como no se contrasta la característica al carácter.

Es por eso que una crítica puntual y extensa del Marxismo sólo entorpece su superación, con la actualización constante; tal y como la recurrencia del realismo cristiano, que a falta de un equivalente secular sostiene a la institución eclesiástica —religiosa en general— en su obsolencia. En ese sentido, el Marxismo habría cumplido una función básica, con la comprensión de las determinaciones económicas de la estructura política; fallando sólo en el aspecto ideológico, con el que emularía el mismo proceso de alienación política de que acusara a la religión.

Después de todo, como una religión se comportó, alimentando fanatismos y leyendas áureas como las cristianas; y como la religión será superado, en la ineficacia de esas pretensiones políticas que siempre pierden a lo humano. De ahí que, para resguardar la eficacia, toda crítica del Marxismo ha de mantener la perspectiva; dirigiéndose sólo a las inconsistencias sistémicas, que siempre le debilitan la base hermenéutica con el entusiasmo febril de la pasión política.

Como en la religión, estas inconsistencias serán superadas con la sola fide del fanatismo y el suprematismo moral; pero sobre todo, eso no es importante, porque todo lo que decae deja de serlo en ese proceso propio del envejecimiento. La rebelión cartesiana del realismo hace rato que ya tuvo lugar en alguna parte, y sólo falta el Kant que le devuelva el alcance trascendental; antes de eso, un espeso humanismo como el de Hobbes y Hume ha protestado, por la terrible inhumanidad del autoritarismo corporativo marxista.



No comments:

Post a Comment