La razón de que yo no sea un buen ensayista radica en que
el ensayo nunca me interesó en su forma clásica, de simple exposición de una tesis;
antes bien, llegando al mismo en forma tardía, lo he entendido más bien como
forma de organizarme el pensamiento, para así llegar a la tesis. Eso no es
gratuito, no se debe a que yo sea snob, sino a que no he tenido una formación
regular sino auto didacta; lo que implica suplir por mí mismo y sin otras
referencias mis propias necesidades respecto a la materia que me interesa
desarrollar.
En ese sentido, siempre he tenido muy buenos e interesantes amigos, y hasta
admiradores, pero no mentores; por lo que me ha tocado discutir mis ideas
conmigo mismo, y la única forma de hacerlo que encontré fue esta. Tampoco he
sido un genio que dijera “ah, pues si no puedo discutirlo con alguien, entonces la manera
correcta es escribirlo”; sino que sencillamente ha ocurrido así, creyéndome yo
que era un ensayista maduro cuando lo que hacía era estudiar y progresar muy
lenta y erráticamente.
Kindle |
No me quejo, eso me ha permitido desarrollar un pensamiento fuerte, aunque
incomprensible para la mayoría; ya que al no tener las mismas referencias que
los demás, pues estos no tienen manera de comprenderlo. Sin embargo, creo que
es gracias a eso que no participo del proceso de decadencia general; aunque eso
también significa una gran soledad en términos creativos, lo que paradójicamente
no es bueno, porque te priva de referencias críticas.
La parte buena de eso, es que al no participar del proceso de decadencia,
puedes formar parte del proceso de evolución hacia lo nuevo; siempre, claro
está, que renuncies a los privilegios naturales del arte tradicional, que
consisten en la posibilidad del reconocimiento y el triunfo. Es ahí donde me
vino la ayuda inestimable del catolicismo y la vida conventual, como disciplina
que te ayuda en esos menesteres; aunque sólo sea como un estilo de vida que
luego debes mantener por ti mismo, puesto que ese no es el fin sino un derivado
de la religión.
Sobre eso tan misterioso que entonces me interesa, pues es nada más y nada
menos que la comprensión sistemática y definitiva del mundo; lo que es sin
dudas tremendista, pero no más que la pretensión salvífica de un fraile, que
para algo sirve entonces ese entrenamiento de trota conventos. Ese interés
además surgiría también de modo muy original, directamente de la experiencia
poética en su más pura exaltación; que es lo que explica su inconvencionalidad respecto
a las prácticas tradicionales del pensamiento y su expresión en el ensayo.
Kindle |
De ahí la primera dificultad, que es la ambigua naturaleza de mis ensayos,
siempre a medio camino entre lo literario y lo filosófico; no como un
acercamiento filosófico a la literatura, ni literario a la filosofía, sino
estrictamente filosófico aunque fundado en la literatura. La intuición detrás
de esto sí es una tesis completa, pero que sólo ahora he sido capaz de elaborar
de modo coherente; y se trata de la contracción inevitable que sufriera la
filosofía durante la modernidad, debido al crecimiento apoteósico de las
ciencias.
Obviamente, eso de decadencia de la filosofía en la modernidad es más que
relativo, pues de hecho sí existe una filosofía moderna; sólo que subordinada a
esa apoteosis de las ciencias que es propia de la modernidad, desconoce una
comprensión suficiente sobre las determinaciones trascendentes de la realidad.
Eso sería lo que habría suplido el arte, como necesidad inherente al
conocimiento, y esa naturaleza formal suya; en la que tiene una capacidad reflexiva,
dada en lo representacional, que permite la figuración y ajuste constante de
nuevos conceptos, como imágenes.
Kindle |
Claro, comprender la especialización de esta ambigüedad llevó tanto tiempo
como el desarrollo mismo de la idea; que es por lo que todos mis ensayos tienen
ese carácter de inmadurez, que los hace tan defectuosos como bellos y efectivos
en su propósito. Por suerte, aunque no gozara de mentores en sentido estricto,
eso no quiere decir que careciera por completo de ellos; están todos los
escritores que para mi suerte me han precedido, y que por una razón tuvieron
esa misma intuición en una formación más clásica.
Ese es el rosario de influencias que conseguí desgranar en uno de mis
relatos (El banquete), que así me sirve de prontuario filosófico; y que van
desde José Lezama Lima y Jorge Luis Borges a Herman Hesse, como magíster
misteriorum, junto a una pléyade más o menos menor y aleatoria, de valor
variable. La tesis consiste en una teoría unificada sobre la realidad, que
provea un ajuste epistemológico del conocimiento ya dado sobre la misma; toda
vez que esa comprensión ya existiría, sólo que sumergida en el alud de
formulaciones en que consiste la tradición del mundo.
Kindle |
Se trata de la literatura como un Realismo Trascendente, que equilibra el
desbalance dado por la apoteosis del idealismo; gracias al que se habría
conseguido esa apoteosis de las ciencias en la modernidad, como interés en el
aspecto inmanente de la realidad; pero que precisa de este equilibrio, perdido
cuando la apoteosis del idealismo disolvió su tensión crítica con el realismo. Eso habría ocurrido a todo lo largo de un largo milenio, comenzado con la
transición de la antigüedad al bajo medioevo; durando hasta esta apoteosis de la
modernidad, a la altura del siglo XVII, desde donde comenzaría la decadencia
moderna, ahora apoteósica ella misma. Como ves, tiene muchos aspectos que
cubrir y dilucidar, incluyendo el establecimiento de los diversos períodos
históricos de esa evolución; es esa vastedad la que hace abrumadora dicha
comprensión, pero induce con ello al éxtasis de la contemplación misma.
Bueno, dudo que esto mismo haya sido suficientemente claro, pero te sirve
más o menos como referencia; que irías comprendiendo poco a poco, y con ello el
trabajo mismo en que me he sumergido, con todas sus contradicciones y
dificultades. No te lo he escrito para que participes o tengas una comprensión
definitiva, de la que yo mismo carezco; sino para suplir esa otra carencia
inevitable de la experiencia empática, del místico cuyo dios es más lejano que
el del religioso, porque es la misma humanidad que rechaza.
Un saludo
Fra. Erasmo de la Cruz
Dios es más grande!
ok
ReplyDelete