¿Cómo el desarrollo tecnológico no ha impulsado una apoteosis de las artes
sino su decadencia? ¿Cómo la proliferación de blogs personales y canales de
video en YouTube no significan sino esta misma decadencia? Pues en todos esos y
otros casos, porque se trataría de que emulan a las instituciones en
decadencia; es decir, en que se plantean como alternativas, en tanto significan
una mayor accesibilidad, pero para lo mismo.
Es así que así como hay un arte decadente hay también un arte emergente,
sólo que uno es visible y el otro lo va a ser; esto, cuando culminada la
decadencia, florezca el que se ha estado desarrollando de forma subterránea.
Pareciera incluso un principio bíblico —que es otra forma de reflexionar la
realidad—, con aquello de los muertos que entierren a sus muertos; más radical
que el otro de los ciegos que guían a otros ciegos, porque carece del peso moral
de la conseja, en su propio valor dialéctico.
Probablemente nada se salve del desastre, porque lo que existe está
determinado por esa decadencia; que así lo ata a su propia suerte, con las
mismas promesas de siempre, cada vez más devaluadas. Lo otro no se tiene que
salvar porque todavía no existe sino en su gestación, y no responde al estímulo
de lo viejo; pero cuando salga a la luz con su propia crisis, tendrá que
aprender a respirar y quedará sometido a su propio crecimiento.
No comments:
Post a Comment