Je ne suis pas Cherlie (II)

No se diría que hipócrita, pero parece al menos simplista horrorizarse de la barbarie de los terroristas islámicos sin detenerse ante el absurdo de su existencia; porque si ellos existen es porque de algún modo han sido sostenidos por la cultura política de los aliados del poder financiero de Occidente, que son los EAU y Arabia Saudita. La ignorancia es comprensible, para saber eso y la importancia que eso tiene hay que ser más que un gritón; habría que saber que esos aliados, con gobiernos prácticamente absolutos, viven de sumir a su población en la miseria y el horror de la fe fanática. Por eso, esos aliados de las élites financieras de Occidente —no de Occidente— alimentan el extremismo; lo hacen a través de las escuelas religiosas y los ulemas, como una casta casi que de jefatura tribal, que impide cualquier brote de clase media como el peligro de la occidentalización. Todos esos que se halan los pelos por la libertad de expresión deberían saber que eso no incluye gritar “fuego” en un cine, eso está penado por la ley; eso es fomentar la histeria, por más que sea el recurso que mucha gente tiene para conseguir esa sensación de que participa de algo grande y trascendente… mierda de mundo.