Esa
proverbial mezquindad que caracteriza a los perdedores no abandona al exilio
cubano, que sigue sin saber perder con dignidad; y que ahora descarga su rabia
contra todo lo que se tenga en pie y no se desgarre las vestiduras, ahora que
teme haber perdido el apoyo de Roma. Desgraciadamente, después de haber
disfrutado las prerrogativas del exilio político exige la devolución de Joanne Chesimard
por Cuba; ignora, es de suponer que con malevolencia, que Chesimard huyó de los
Estados Unidos como ellos de Cuba, de la persecución. Alegar que Chesimard es
una terrorista convicta porque los Panteras Negras fueron declarados
terroristas es ignorar la historia de los Estados Unidos; pero ignorarla con
malevolencia, con una ignorancia culpable que sigue denostando de ellos en ese
patetismo mezquino.
Esa misma
ignorancia es la que he llevado al exilio cubano a reprochar el apoyo
afroamericano al gobierno cubano, pero sin entenderlo; y antes que buscar su
solidaridad, que lo habría legitimado en mucho por su prestigio ante el mundo y
por el que es precisamente manipulado por la propaganda cubana, se ha sumado al
racismo segregacionista de la cultura norteamericana. Es por eso que ahora, con
rencor ante la independencia y la suficiencia de criterio mostrada por los
americanos ante el caso con Cuba, se saca este reclamo de la manga; olvidando también, en su ceguera,
que si a Estados Unidos le interesara, ya Chesimard estaría aquí, como el
Antonio Noriega que ni siquiera era norteamericano. Pues bien, algún día se
enterarán que así como la lucha en las montañas de Trinidad fue una guerra
civil y no lucha contra bandidos; y que así mismo de legítimo, si no más, fue el levantamiento armado
de los negros contra el apartheid norteamericano, por puro afán de sobrevivencia; y que en esa pobreza de sus
criterios pueden encontrar todas las respuestas que necesitan, porque con la
misma mezquindad con que tratan al mundo es que son tratados.
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