Por Rita Martín
II-
Luz Vs oscuridad
Muchos creen que la Biblia es un libro que incita a la paz,
el respeto, el amor, a la misericordia y al perdón. Para otras culturas, en
cambio, el Dios judeo-cristiano es aquel que demuestra poco respeto hacia otras
culturas y religiones. Véase Éxodo
22:20: "El que sacrificare á dioses, excepto á sólo Jehová, será
muerto". De la misma manera, estos otros consideran que este Dios judeo-cristiano
parece muy preocupado en evitar la mezcla de razas: "Mis estatutos guardaréis. A tu
animal no harás ayuntar para misturas; tu haza no sembrarás con mistura de
semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de diversas cosas" (Levítico
19:19). ¿Habrá que recordar que la consolidación de las castas sobre el juicio
de pureza de sangre es el núcleo que ha permitido, a través de varios siglos, la
formación de grupos de supremacía blanca en Occidente?
No se debe continuar
postulando que una religión es "luminosa" y otra es "oscura".
Mucho menos sustentar que para una lo tenebroso quedó en el pasado y que para la otra el presente no es
otra cosa que obscuridad perpetua. Búsquese un poco de honestidad intelectual y
confiésese que en cada credo hay una idea de supremacía religiosa y exclusión
del Otro; de oscurantismo
inmisericordioso e ideologías hegemónicas y en consecuencia anti plurales. Pero
también, recuérdese que cada relación binaria crea su contrapartida y que, de
la misma manera en que un gran número de padres jesuitas entablaron una lucha tenaz
contra el terror de la Inquisición; hoy muchos líderes islámicos sostienen
similar acometida contra la alarma y el pánico que provocan los grupos
radicales.
El conflicto
hoy no es judaísmo vs islamismo o viceversa. Plantar tal semilla solo provoca
el aislamiento de Occidente de ambos grupos y el triunfo del terrorismo a
escala mundial. En los últimos 500 años
la hibridez racial ha sido una constante a nivel internacional. Mientras la
segunda naturaleza europea en cada familia alienta el deseo de mostrarse
blanco, lo híbrido compatibiliza al cano o moreno padre no solo con sus hijos
mestizos sino con sus "extraños" nueras y yernos que, pacífica y
bondadosamente, siguen bien la Torá, bien la Biblia, bien el Corán. Cada día es más frecuente ver que el vecino
afroamericano haya logrado escapar de las drogas y el alcohol a través del
Islam, o que jóvenes hispanos alterados en el descubrimiento de mundos nuevos
se hayan reconciliado con sus familias a través del judaísmo. De la misma
manera en que en América Latina no sorprende ver un joven católico respetar la
religión yoruba, tampoco asombra
comprender que en Alemania, Inglaterra o Francia las nuevas generaciones
traten de hacer confluir sus herencias occidentales y orientales. (Continuará)
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